27 años no son nada afirma con seguridad quien se acerca a los sesenta. En cambio, para aquellos que todavía no han superado la veintena, es un mundo. Y claro, estamos otros que no somos ni una cosa ni la otra. A los que 1997 nos parece ayer mismo, pero sabemos que entonces teníamos pelo y ni un arruga, que vivíamos las noches como días, cuando dormir era un pecado.
Se acercaban los dosmiles y la gente temía por el efecto dosmil que acabaría siendo agua de borrajas. Ya en esa época se me acumulaban los discos y de ese año, de ese 1997, sigo escuchando hoy joyas descomunales: OK Computer, Ladies and gentleman we are floating in space, Either/Or, Time Out of Mind, In it for the Money, Urbam Hymns, The Boatman’s Call…. y claro, el disco que hoy nos ocupa, el homónimo de Blur…
Los archienemigos cejijuntos de Manchester se sacaron de la manga dos discarrales llenos de sucios «cigarrettes and alcohol» al mismo tiempo que nuestros chicos definían el Britpop tirando del misticismo de los hermanos Davies, creando una rivalidad que, buscada o no, dio trempera al personal. Y mientras los Gallagher se depilaban las cejas y se espolvoreaban la nariz en su Oasis con un disco, «Be here now», repetitivo, egocéntrico y sobrepasado de testosterona y coca, los chicos de Londres decidieron acercarse al rock americano con su quinto disco de estudio.
Habían parido tres discos sublimes hijos de la Gran Bretaña. «Modern Life is Rubbish» (93), «Parklife» (94) y «The Great Escape» (95). Tres discos obsesionados con Ray Davies y sus Kinks que también se acercaban sin disimulo a Who, Small Faces, Jam, Madness, Specials.. pero con este «Blur» se pusieron cuatro pasos por delante de sus coetáneos. Y sin duda, Damon Albarn se agigantó, y lo hizo tanto que sin darse cuenta provocó el principio del fin de la banda porque acomplejó al bueno de Graham Coxon, politizó a Dave Rowntree, y mandó a fabricar quesos a una fabrica de ovejas a Alex James aunque todos volvieron después al redil con el rabo entre las piernas.
La tripleta de discos comentada en tan solo tres años son más que sobresalientes pero los dos mejores discos de la banda estaban por llegar. Maduraron con este disco homónimo que está de aniversario y arrasaron con mi favorito «13«… y la banda se esfumó, frotando la lámpara y dejando libre al genio de Albarn que metido en mil y un proyectos ha maravillado con «The Good, The Bad and The Queen«, sorprendido y descolocando con «Gorillaz» y sobretodo haciéndose gigantesco con dos obras maestras en solitario: «Everyday Robots» (14) y «The Nearer The Fountain, More Pure the Stream Flows» (21).
«Blur» es la madurez de una banda agigantándose, es el dejar un poquito de lado el Britpop del que fueron abanderados y abrazar el americanismo de bandas como Superchunk, Pavement, Weezer o Sonic Youth.., sin olvidarse de sus grupos fetiche, de Kinks, Bowie y Beatles. Grabado entre Londres y Reykjavik, muestra a una banda que improvisa buscando experimentar y salirse de lo cómodo. Con Albarn mandando y Coxon alcoholizado y enamorado del rock americano.
La inicial «Beetlebum» es sobresaliente. Una canción influenciada por los Beatles, aunque según Albarn habla de su adicción a la heroína, pero podría ser un resumen del documentalazo de Peter Jackson «Get Back». Estamos ante un temazo de dimensiones siderales, con guitarras punzantes y muy Lennoniana, con desparpajo americano, mezclando ese deje pseudo-punk con el Brittish de toda la vida. Ojo, que luego llega «Song 2» artefacto definitivo y demoledor. Himno punk. Corto. Salvaje. Excitante. Obra Mayor. Chapeau!
Coxon brilla y enamora con «You’re so Great». Endiabladamente sencilla y modesta se transforma en una imprescindible. El «Keith» de Blur!!! La intro de «Death of a Party» es la monda lironda… y cómo canta Damon! es estilo acabaría transformándose en Gorillaz.. Pero claro, «Chinese Bombs» es ese toque punkoide tan sumamente molón, sucio y desacomplejado que necesitamos actualmente como el comer, algo Pixie, porqué no decirlo! y sencillamente «I’m just killer for your love» es americanaza a la enésima potencia, casi al estilo experimental de Jim White.
«Look Inside America» vuelve al Britpop conocido y amado. Gusta y se disfruta con esos guiños soslayeros a «End of the century». Después, otra intro espacial en «Strange news from another star», acaba en un medio tiempo bonito de Albarn, marca de la casa. Llegando al final encontramos esa joya que es «Moving On», rock pure&easy, para finalizar con «Essex dogs» de manera extraña y algo alucinada/experimental un disco que con los años se ha convertido en una obra magna. Un disco que sorprendentemente y para nuestro regocijo cumple hoy 25 años fresco como el primer día.