“Si me hubieran hecho la cesárea mi bebé estaría ahora conmigo. Hasta yo casi pierdo la vida. Estuve desangrándome y la gente del centro de salud no hizo nada. No sé cómo voy a seguir”, dice Gisell Vallejo. La mujer vive en el barrio Valle Grande, el viernes 5 de junio se le adelantó el parto, empezó a desangrarse y Misael nació muerto.
Mientras ella habla sobre su experiencia, se escucha a sus vecinos gritar también por otro caso: “Justicia por Rubén, justicia por Rubén”.
Rubén era un niño de 7 años del Valle Grande, que falleció el 2 de junio a las 22, hora en la que se descompuso y la salita de la zona ya estaba cerrada.
Decenas de vecinos se organizaron por WhatsApp y cerca de las 9 de este miércoles se agruparon en una de las entradas del barrio de las 1.000 casas, ubicado en calle Meglioli y 5. Con golpes entre botellas, cubiertas incendiadas y carteles cortaron la calle para reclamar por las 2 últimas muertes que hubo.
Según el hombre, en la salita que está en medio del complejo solo dan 10 turnos diarios los cuales son insuficientes por la cantidad de personas que viven ahí. “¿Y los demás niños?”, se pregunta Eduardo. “¿Y si hay una urgencia en la madrugada?”, dice.
Incluso, él cuenta que en varias oportunidades tuvo que trasladar a sus vecinos con urgencias médicas hasta el Hospital Marcial Quiroga. Esto lo hizo porque ahí solo atienden de 8 a 16.