El Partido Socialista de Cataluña (PSC) gana las elecciones regionales catalanas realizadas este domingo con unos 42 escaños, seguido por el partido independentista Junts (del ex presidente Carles Puigdemont), que obtiene 34 diputados, según los primeros cómputos oficiales al 85 por ciento.
El candidato del PSC, Salvador Illa, es el vencedor de las elecciones, pero debería pactar su investidura con el independentista ERC y Comuns Sumar para alcanzar la presidencia de la Generalitat.
Luego se encuentra el partido independentista ERC (actual gobernante), con 20 escaños.
Según estos datos, los conservadores del Partido Popular y la ultraderecha de Vox mantendrían su pulso por la cuarta posición con 14 escaños y 12, respectivamente, de los 135 diputados que componen el Parlamento catalán.
El bloque independentista (Junts, ERC, CUP y, eventualmente, Aliança Catalana) no suma los 68 escaños de una mayoría absoluta para gobernar. Los socialistas amplían el apoyo que obtuvieron en 2021, cuando consiguieron 33 escaños. El partido de Puigdemont resiste con un resultado similar al de hace tres años y los de Esquerra bajan de 33 a 20, aunque pueden ser la llave del futuro Gobierno.
Las tres formaciones separatistas que hasta ahora sumaban mayoría, entre ellas la de Carles Puigdemont -líder de la tentativa secesionista-, se quedarían en 59 escaños, sin alcanzar la mayoría absoluta de 68, mientras que los socialistas obtendrían 42 diputados.
La formación de Puigdemont, Junts per Catalunya (Juntos por Cataluña) obtendría 35 o 36 diputados, mientras que el otro gran partido separatista, Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) del actual presidente Pere Aragonès se desplomaría a 20 y los separatistas de extrema izquierda de la CUP sumarían 4.
En las anteriores elecciones regionales, en febrero de 2021, las tres formaciones sumaron 74 escaños.
Los socialistas del presidente del gobierno español Pedro Sánchez, liderados en Cataluña por Salvador Illa, tampoco alcanzarían la mayoría y deberán buscar alianzas para gobernar.
Una fórmula posible para los socialistas podría ser sumar el apoyo de la izquierda radical, que ya forma parte del gobierno central, y seducir a ERC, del cual obtiene apoyo parlamentario en Madrid, en un movimiento que supondría su ruptura con casi una década de colaboración separatista.
Aunque no concurre directamente a las elecciones, Pedro Sánchez también se jugaba mucho en estos comicios, en los que pretendía demostrar que Cataluña dejó atrás su dominio separatista.
Uno de los datos más significativos sería la desaparición en la cámara del partido liberal Ciudadanos -sólo tendría un 0,5 % de los sufragios- y la entrada en el Parlamento regional de Aliança Catalana, formación de extrema derecha independentista que obtendría entre 1 y 3 escaños.
La formación de izquierdas Sumar Comunes oscilaría entre 6 y 7 diputados y la independentista CUP podría alcanzar entre 6 y 8 escaños.