Duelo de técnicos alemanes, además, que no suelen ser especuladores. El Bayern de Flick es favorito, se lo ganó con su andar implacable, pero el PSG de Tuchel puede sorprender.
Es una final, los detalles juegan, la personalidad pesa, el VAR mete la cola. Como equipo, como juego colectivo, el campeón alemán tiene ventaja. Es de lo más completo que se puede ver en estos tiempos: contra Barcelona, para colmo, mostró una voracidad ofensiva temible.
Lejos de lo esperable, no fue Robert Lewandowski la llave para abrir defensas en la burbuja de Lisboa. El factor desequilibrante quedó en los pies del trío Gnabry-Müller-Perisic. Presión, intensidad, dominio de los dos perfiles y gol. Ellos destrozaron al Barcelona de Messi. Y con menos brillo, alcanzó con Gnabry para despachar al Lyon.
Pero el equipo francés dejó una imagen muy superior al 0-3 final y desnudó algunas deficiencias que el equipo parisino puede explotar. El juego al espacio, y en especial a la espalda de Boateng (si juega) o de Süle, que además es más lento debido a su estatura extra large.
El PSG parece menos, aunque cuenta con un diferencial: dos de los tres futbolistas más desequilibrantes en el uno contra uno, Mbappé y Neymar (el otro es Messi). Y hay que agregar a Di María, también difícil de marcar. Será, entonces, un duelo de tríos, aunque los demás también juegan.
Es razonable imaginar a un Bayern presionando arriba y con sus defensores muy cerca del círculo central. Ese sistema fue fatal para el City ante Lyon y generó resbalones en el conjunto alemán ante el francés menos calificado.
Con la velocidad de Mbappé por izquierda y la gambeta de Neymar por el centro, aunque alternan esa función de nueve líquido que suele complicar a los centrales, seguramente Neuer tendrá que mostrar sus reflejos para el mano a mano y su entusiasta virtud de líbero frustrado.
Insistir con Kimmich o devolverle el puesto de lateral derecho a Pavard debe ser una de las decisiones clave para Flick. Al más rápido, Davies, lo tiene del otro lado.
Es una parte de la historia, porque Kehrer, Thiago Silva, Kimpembe, Bernat (ex Bayern), Ander Herrera, Marquinhos y Paredes, si Tuchel repite equipo, tendrán que estar precisos en la salida y muy atentos. Gnabry, Müller y Lewandowsky están en modo pacman y no les gusta perdonar.
Dos alemanes y un croata forman el power trío del Bayern; un argentino, un brasileño y un francés, el del PSG. El que suene más fuerte será campeón.