Axel Kicillof le preguntó a sus colaboradores más estrechos si había hablado de más en el último anuncio de la cuarentena, hace 15 días, cuando su discurso se distinguió por lo extenso y volcánico. Después, elevó la misma consulta a algunos referentes de peso en el kirchnerismo. Todos lo avalaron, según afirman en el entorno del gobernador.
"Sacó 51 puntos ¿cómo no le va a hablar a los propios?", reflexionó un asesor de la provincia. Respaldado por su tropa, Kicillof, sin embargo, pasó a un estilo más componedor con Horacio Rodríguez Larreta y cambió la estrategia en la gestión de la pandemia: si hace dos semanas era de la idea de sostener el cierre de actividades, ahora irá por una intervención "quirúrgica" en el territorio , según dicen en su equipo.
En La Plata justifican esa mutación en base a la curva de casos. "A mediados de mayo nos ocurrió que en una semana saltamos de 70 a 300 casos. Ahora hay un crecimiento pero está más estabilizado y nos podemos permitir quirúrgicamente algunas aperturas", argumentan.
Además de los números, cerca de Kicillof también están convencidos de que el humor social todavía los acompaña en la gesta "pro cuarentena". Un estrecho colaborador del gobernador afirmó: "La gente está cansada del confinamiento, pero también entiende que la realidad de la pandemia le pasa cerca. Los bonaerenses siguen más preocupados por la salud que por la economía".
"También vamos aprendiendo. Focalizar dónde está el problema es lo que nos permite jugar un poco más", reconoció.