En muchas ocasiones, cuando la vida pone a prueba a las personas, surgen sentimientos que no suelen aparecer frecuentemente. La nostalgia, tristeza, melancolía son algunas de las emociones que fluyen ante determinadas situaciones.
El catamarqueño Cristian Chiodini es uno de los andinistas que, junto al bonaerense Hernán Moreno, ambos integrantes de la Fundación Vibraventura, escalaron el cerro Mercedario para dejar, en lo más alto, la bandera del Inaisa, como una acción solidaria y para crear consciencia sobre la donación de órganos.
Uno de los detalles más movilizantes el “ascenso” fueron los motivos que llevaron a Chiodini a encarar estas buenas actividades dedicadas al semejante. Fue en homenaje y reconocimiento a uno de sus nueve hermanos, que falleció hace unos años. Según el joven de Catamarca, “estas actitudes de vida eran muy comunes en él, era una persona que ayudaba siempre al semejante” explicó.
“Si bien tengo muchas expediciones, esta en particular tiene algo especial, porque es para un propósito muy humano, una campaña de concientización para salvar vidas. Esto motiva y emociona”, explicó Chiodini.
“Entendemos que las acciones solidarias deben aparecen en cualquier momento y en todos los aspectos de la vida”, señaló por su parte Hernán Moreno, quien también brindó su opinión sobre estas actitudes de ayuda al prójimo que llevan adelante con Vibraventura. Esta organización está dedicada a cumplir propósitos para que la población tome conciencia que donar órganos es “donar vida”.
Los dos ilustres visitantes escalaron algo más de 6500 metros de altura para cumplir un hito en la donación de órganos y “plantar” bandera en el cerro más elevado de la provincia, motivados solamente por la intención de hacer el bien y dejar un fuerte mensaje solidario. “Llegar a lo más alto del cerro no fue fácil, fue casi una semana de superar muchas situaciones difíciles pero con la convicción de que la tarea valió la pena".
Moreno no olvidó de reconocer el armado y logística brindada por el programa Inaisa, desde su coordinador, Dr. Fernando Sarmiento, la licenciada Erica Tejada, y todo el equipo de esta dependencia. “Los héroes de verdad no somos nosotros, son los profesionales que trabajan todos los días por la donación de órganos, como los doctores que están a cargo del programa en San Juan”, explicó el andinista.
La ruta de la “solidaridad” fue San Juan, Barreal, Laguna Blanca, Cuesta Blanca, Pirca de Indio, Cumbre Mercedario.
Para ninguna institución que depende de la voluntad popular y espontánea es común encontrar estos gestos de semejante interés por el bien común y solidaridad por el tercero. “Agradezco a Vibraventura por esta acción desinteresada de escalar y plantar la bandera nuestra de donación de órganos. Ver este hecho significó para mí, para la licenciada Erica Tejada y para todo el plantel del Inaisa una gran emoción y un tremendo compromiso para seguir en este camino”, expresó el doctor Sarmiento.
Un gran gesto de dos personas y una institución que entendieron el sentido de solidaridad y, muy especialmente la gran tarea que realizan los que asumen como propia la lucha por la donación de órganos. Es un acto de ayuda mutua entre fuerzas que luchan por el mismo objetivo.