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jueves, 11 de julio de 2024

El Gobierno acelera la segunda fase de su plan económico

Las Letras Fiscales de Liquidez reemplazarán a los pases desde el 22 de julio y su rendimiento se convertirá en la tasa de política monetaria. Los principales cambios y su impacto en los plazos fijos.

El Banco Central (BCRA) le puso fecha a la extinción de los pases: el próximo 22 de julio dejarán de existir y serán reemplazados por Letras Fiscales de Liquidez (Lefi). Este nuevo instrumento será emitido y pagado por el Tesoro que para el Gobierno es el verdadero responsable del exceso de pesos que hay en la economía dado que en gestiones anteriores la autoridad monetaria tuvo que imprimir billetes que no eran demandados por la sociedad.

Tal como explicaron el ministro Luis Caputo y el titular del BCRA Santiago Bausili en la conferencia de prensa que dieron el último viernes de junio, los pases serán canjeados por las nuevas Lefi a un plazo de un año, que capitalizarán con tasa variable (la de política monetaria). Sin embargo, los bancos tendrán una ventanilla para venderle al organismo monetario esas letras en cualquier momento.

Según la reglamentación que publicó este jueves el BCRA, al momento de adquirir la Lefi los bancos podrán indicarle al organismo si necesitan los pesos al día siguiente (por todo o por una parte). También habrá una rueda de 15.00 a 17.00 horas en la que las entidades podrán hacerse de la liquidez en el día. Una tercera opción para los bancos será quedarse con la Lefi por más tiempo y venderla cuando necesiten los pesos.

Desde el equipo económico resaltan que esto no implica emisión de dinero porque esos pesos serán depositados previamente en el BCRA por el Tesoro. Todavía no está definido si se usará la misma cuenta que el Gobierno ya tiene en el organismo o si se creará una cuenta especial para este fin.

Lo que aseguran es que el monto se podrá monitorear diariamente para dar certidumbre al mercado con respecto a la capacidad de pago de esas Lefi. Además, si bien estará guardado allí, las Lefi no se pagarán hasta el vencimiento, salvo que los bancos se las vendan al BCRA.

El depósito que respaldará el pago de las Lefi exigirá todavía más el frente fiscal, ya que ese dinero tendrá que salir del superávit o de colocaciones de otros títulos. De todos modos, las estimaciones oficiales indican que luego de la reducción de los pasivos remunerados que se hizo durante los primeros seis meses de gestión, la deuda que el BCRA le traspasa al Tesoro es manejable. Calculan que si los pasivos representaran seis puntos del PBI y tuvieran una tasa real positiva de 5% anual, el costo para el fisco equivaldría a 0,3% del PBI en un año.


Qué pasará con la tasa de plazos fijos

Desde el 22 de julio también cambiará la tasa de política monetaria, que ya no será la de pases sino la de Lefi. Si no hay ninguna comunicación en contrario, el rendimiento inicial permanecerá en 40% nominal anual como hasta ahora. El directorio del BCRA será el encargado de definir ese rendimiento en función de un abanico de variables que se siguen de cerca.

Cada banco capitalizará esa tasa en forma diaria por la cantidad de días que tenga la Lefi en su poder. Si la tasa cambia, se calculará el rendimiento aplicable a cada tramo de tiempo. Es decir, si una entidad tiene la Lefi 10 días pero a mitad de ese plazo la tasa pasa de 40% a 50%, se le abonarán cinco días de tasa diaria al 40% y otros cinco de retorno diario al 50%. Lo mismo ocurrirá si la entidad se queda con el instrumento hasta su vencimiento.

En el mercado creen que la tasa de política monetaria podría subir una vez que se implemente el cambio de los pasivos remunerados, pero desde el Gobierno prefieren no dar pistas sobre los pasos que seguirán. Lo que sí reconocen es que la Lefi será más atractiva que el pase para los bancos porque no está alcanzada por Ingresos Brutos. Por lo tanto, le deja un mayor margen a las entidades financieras que, si quisieran, podrían trasladar a los ahorristas y subir la tasa de los plazos fijos.

Otro punto importante es que el canje de pases por Lefi no será compulsivo. Si bien la expectativa oficial es que los bancos usen la herramienta y cambien los $14 billones que hoy están en pases al nuevo instrumento, las entidades también podrían optar por aplicar esos pesos a otros fines. Por ejemplo, podrían comprar otras letras o bonos del Tesoro que tienen mayor plazo y tasas algo más atractivas.