Sobre el cierre de la cumbre del Mercosur con motivo de celebrarse los 30 años de la creación del bloque regional, Alberto Fernández dejó un inquietante mensaje ante la atenta mirada de sus pares de Brasil, Uruguay, Bolivia, Chile y Paraguay.
Fue luego de que volvieran a quedar expuestas las diferencias entre el gobierno argentino y las administraciones de Lacalle Pou (Uruguay); Jair Bolsonaro (Brasil) y Miguel Abdo Benítez (Paraguay), los que plantearon la necesidad de “flexibilizar” la dinámica del bloque a una mayor integración global, algo que Alberto Fernández nunca planteó en su mensaje.
“El Mercosur no puede ser un lastre y por eso hemos hablado con todos los presidentes en la necesidad de flexibilización. Uruguay necesita avanzar en el concierto internacional”, lanzó Lacalle Pou.
El mensaje generó malestar en Alberto Fernández, que antes de poner fin a la cumbre le contestó. “Es fundamental que todos podamos sentirnos hermanos. Si nos hemos convertido en otra cosa, en una carga, lo lamento, la verdad es que no queríamos ser una carga para nadie, porque además una carga es algo que hace que a uno lo tiren de un barco y lo más fácil es bajarse si es que esa carga pesa mucho. Hago hincapié en que terminemos con esas ideas que ayudan tan poco a la unidad”, aseguró el mandatario.
Y continuó: “No queremos ser lastre de nadie, si somos un lastre que tomen otro barco, pero lastre no somos de nadie, para mi es un honor ser parte del Mercosur, es un honor trabajar junto a ustedes”.
La frase del mandatario se produce, además, en un contexto de tensión en la región, luego de que la Argentina se retirara del Grupo de Lima, en un claro mensaje de apoyo a la gestión de Nicolás Maduro.
El discurso de Alberto Fernández
“El Mercosur debe proteger a los gobierno democráticos, la pandemia y la crisis que de ella se deriven hacen complejas las tareas de gobernar y por eso les propongo crear este observatorio, que sea una herramienta para la gobernanza de nuestras naciones”, indicó el jefe de Estado, que estuvo acompañado por el Canciller Felipe Solá y el jefe de Gabinete Santiago Cafiero. En ningún tramo de su discurso, Fernández planteó la necesidad de mayor apertura.
Entre otras cuestiones, el Presidente confirmó que la Argentina llevará a la reunión de cancilleres del Mercosur, que se desarrollará el próximo 22 de abril, la propuesta de que el arancel externo común “se base en preservar el equilibrio entre los sectores agroindustriales e industriales, y corregir las inconsistencias”.
Por otra parte, el mandatario aseguró que la conmemoración de los 30 años del Mercosur “nos encuentra atravesado por la pandemia”. “Vivimos épocas complejas. El coronavirus ha desestructurado las bases mismas del mundo que conocíamos, y que se agrega a desafíos globales preexistentes como el cambio climático, la inestabilidad del sistema financiero internacional y la desigual distribución de los beneficios del comercio y la tecnología”, planteó en el inicio de su presentación.
Fernández llamó a sus pares del Mercosur a “no erosionar las estructuras productivas” de los países miembros. “No es tiempo de individualidades, nadie se salva solo, como dice el Papa Francisco”, dijo el mandatario al abrir, desde el Museo del Bicentenario, el encuentro virtual.
”No debemos erosionar las estructuras productivas de nuestros países. Aspiramos a alcanzar consenso con nuestros socios; aunque pensemos diferente, debe primar la voluntad de integrarnos”, dijo.
Además del Observatorio de la calidad democrática, Fernández propuso crear otro vinculado a la violencia de género y un tercero referido al cambio climático.
Finalmente, sostuvo que la conformación del Mercosur hace 30 años “dejó atrás la lógica de la rivalidad para pasar a la lógica de la cooperación” y sostuvo que el bloque “favoreció la consolidación de las instituciones democráticas de la región”. “Vamos por muchos años más de Mercosur”, cerró.