Brasil es el país con mayor número de infectados por COVID-19 de Sudamérica y, en el continente, ocupa el tercer lugar solo por debajo de Estados Unidos y Canadá. De acuerdo con las últimas cifras, existen 3417 personas contagiadas y 92 fallecidas.
Pese a este dramático escenario, el mandatario minimizó las cifras y el avance de la enfermedad en su país. Además, se negó a endurecer las medidas de protección y sostuvo que ''Brasil no puede parar''.
Bolsonaro es uno de los líderes mundiales que manifestó su desacuerdo con la imposición de un aislamiento obligatorio para impedir la expansión de la pandemia, al considerar que las consecuencias podrían ser peores que las del virus. Sin embargo, los brasileños que están en desacuerdo con el jefe de Estado, se encuentran cumpliendo una cuarentena voluntaria.
El mandatario comparó las cifras de contagios y muertes por coronavirus con los accidentes de tránsito. ''No podemos detener la fábrica de automóviles porque hay 60 mil muertes de tráfico al año, ¿verdad?'', señaló en una entrevista telefónica para un canal de televisión local.
Además, puso en duda la veracidad de las cifras relacionadas con el COVID-19 en su país. ''En Río de Janeiro, hasta los datos de ayer (jueves) había nueve muertos, y 58 en San Pablo. Sé que hay una diferencia de población, pero es una cifra muy grande para San Pablo. No puede haber un juego de números para favorecer intereses políticos. No me creo esos números de San Pablo'', remarcó.